mientras yo me buscaba la vida sirviendo copas en un puñetero bar mi
“ novia “ iba escalando puestos en una empresa de moda. En cuanto
a mi familia..., todo era aún más simple, mi madre murió hace años y
mi padre ese al que ayer nombraron había fallecido en un accidente de
coche sin haber pasado una sola semana a mi lado...
Esta historia tan simple de mi vida! estuvo pasándome factura toda la
noche, el alcohol en vez de darme los típicos mareos se dedicó a machacarme
la mente con todos los recuerdos de mi vida mezclados con la imagen de
de lo sucedido en el bar... Se que le estaba dando más importancia de la
que tenía, lo se!...., y se que al final todo quedaría en un estúpido juego
de manos de un tipo extraño al que no volvería a ver jamás, pero!
mientras tanto, volver a escuchar el nombre de mi padre de boca de un
extraño me estaba trastornando.
La mañana siguiente se presentó a golpe de puerta sin miramientos, el
sobresalto fue tan espectacular que cuando quise darme cuenta estaba
enfrente de la entrada de mi casa...de pie y casi desnudo, me acerqué dando
pequeños pasos hacia la mirilla, tenía curiosidad por saber quien se estaba
atreviendo a golpear mi puerta con tanta contundencia..., de soslayo! pude
ver alejarse al cartero que al mismo tiempo que movía un pie para
emprender la huida dejaba pasar una nota por debajo de la puerta...
Cinco minutos después y un poco más despejado tenía en mi mano
una carta, esa nota que creí ver en un principio colándose por la
rendija se convirtió en un sobre con las iniciales A.B.P como remitente...
Me di la vuelta como quien no quiere enterarse de la buena nueva que
traía el señor cartero, abrí el sobre sin mirarlo creyendo que era un poco
más de publicidad..., la verdad es que no tuve cuidado al tirar de la parte
lateral del sobre, qué más da! lo más probable es que fuera alguna súper
oportunidad de comprar un coche o un puñetero vale para un curso de
cocina en la Conchinchina...
Con el sobre en la mano derecha y la carta doblada en la izquierda llegué
hasta el triste sofá color blanco a parches de todos los colores del arco iris,
predominando como no! el de las manchas de salsa de tomate y pizza...
Me senté..., dejé descansar la cabeza en el filo del sofá y abrí la carta....
Querido hijo :
No he dejado de pensar en ti en todos estos años, se que suena a tópico pero!
así ha sido, tengo tantas cosas que contarte, tanto que decirte....
Se que no tengo ningún derecho a aparecer ahora, pero queda poco tiempo
para que pueda contarte todo lo que sucedió con nuestras vidas.
Pronto me pondré en contacto contigo...., espero que me des la
oportunidad de poder aclarártelo todo...
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